Este sábado 23 de mayo a partir de las 18:30 hrs,
celebramos la Vigilia de Pentecostés, que como ya explicamos en números
anteriores, “Vigilia” es la espera...
en este caso de la llegada del Espíritu Santo.
El templo había sido especialmente preparado para
esta oportunidad por los equipos de liturgia y comunicaciones, las escalinatas lucían plantas florales de la temporada,
sobre el pórtico colgaba un lienzo con la invocación al Espíritu y una
reproducción de un icono oriental de la escena de Pentecostés; al interior del
templo de las lámparas colgaban pendones con los 7 dones, frente al altar este
año los cirios que representaban los dones estaban en unos candiles de diversas
alturas y como siempre el toque maestro de las manos de la "tía Margarita", los arreglos florales,
dieron al altar el marco perfecto para la celebración.
La celebración presidida por nuestro párroco el
padre Bernardo Faúndez Valenzuela, este
año fue dividida en dos partes.
Se extrajo de la Misa propiamente tal, la
(por así llamarla) "liturgia de los Dones", esta vez, la enseñanza y
la reflexión de cada Don se realizó como un preámbulo de la Santa Misa, pero
siguiendo la tradición se fueron explicando cada uno de ellos y un
representante de la Comunidad procedió a encender el cirio que representaba
el Don. Este primer momento terminó con una novedad que fue la
renovación del compromiso eclesial de alrededor de una treintena de los Agentes Pastorales de la Comunidad Parroquial,
el que se sello con el encendido de la vela, que cada uno portaba, desde cirio
que representaba el Don del Espíritu que anhelaban, luego se invitó a toda la asamblea a encender su
vela del cirio con el Don elegido, así cada asistente pudo completar su
intención y llevarla a su hogar, incluidos los acólitos, aspirantes al
diaconado, diáconos y el párroco.
A las 20 horas, se inició la Misa propiamente tal,
con el canto del Gloria, en ese momento se incorporaron los jóvenes que durante
la tarde vivieron una jornada de oración, encuentro y camaradería en el Colegio
San Marcos; en especial Karina Alejandra Reveco, quién próxima a vivir su
confirmación, en esta solemnidad recibió por primera vez a Cristo Sacramentado.
Durante la homilía el padre Bernardo, nos motivó a
compartir lo vivido con otras personas y a vivir nuestra vida en comunión con
el Espíritu Santo. Nos invitó a encender nuestra vela en nuestras casas durante
todo el año, para que el don que
pedimos nos acompañe y que la gracia se
nos haga presente. Nos exaltó, especialmente a los agentes pastorales, a
trabajar en equipo, recordándonos que el Espíritu Santo se manifiesta en
diferentes dones, que son las virtudes que cada participante puede aportar en
su comunidad y ninguna sobra, pues todas
juntas hacen que la misión que Dios nos encomendó sea posible.
(c) Pastoral de Comunicaciones